"Que vengan a Berlín"
Por John F. Kennedy (Rathaus Schöneberg, Berlín Occidental, 26 de junio de 1963)
Hace dos mil años, el máximo orgullo era ostentar con el decir “civis Romanus sum”. Hoy, el máximo orgullo es decirle al mundo “Ich bin ein Berliner”.
Mucha gente no entiende realmente, o dicen que no entienden, cuál es la clave que diferencia al mundo libre del mundo comunista. Díganles que vengan a Berlín.
Hay algunos que dicen que el comunismo es el futuro. Díganles que vengan a Berlín.
Hay algunos que dicen que es posible trabajar con los comunistas en Europa y en otros lugares. Díganles que vengan a Berlín.
Hay algunos que reconocen que el comunismo es un sistema perverso, pero que permite el progreso económico. Lass' sie nach Berlin kommen. Díganles que vengan a Berlín.
La libertad no es fácil y la democracia no es perfecta, pero jamás tuvimos que levantar una muralla para evitar que nuestros ciudadanos se arranquen.
En nombre de mis compatriotas que viven en el otro lado del Atlántico, muy lejos de ustedes, quiero decirles que, a pesar de la distancia, ellos también se sienten orgullosos de compartir con ustedes la historia de estos últimos 18 años.
No conozco ningún pueblo, ninguna ciudad que haya sido sitiada por 18 años y que todavía viva con la fuerza y la vitalidad, con la esperanza y con la determinación con la que vive Berlín Occidental.
Aunque todo el mundo puede ver que el muro es la más obvia y vívida demostración del fracaso del sistema comunista, a nosotros no nos enorgullece porque, como ha dicho vuestro Alcalde, el muro es una ofensa no solo contra la historia sino una ofensa contra la humanidad que separa familias, divide a esposas y esposos, a hermanos y hermanas y a todas las personas que desearían vivir unidas.
Lo que es cierto de esta ciudad es cierto también de Alemania. Europa no podrá alcanzar una paz real y duradera mientras a un alemán de cada cuatro se le niega un elemental derecho de un hombre libre, el derecho a elegir libremente.
En estos 18 años, esta generación de alemanes se ha ganado el derecho a ser libre, incluyendo el derecho a unir a sus familias y a su patria en una paz duradera, con buena voluntad con todo el mundo. Ustedes viven en una isla de libertad, pero vuestra vida es parte de un todo.
Permítanme pedirles que levanten sus ojos para mirar más allá de las amenazas del presente, más allá de las esperanzas del mañana, más allá de solo la libertad para Berlín, o para Alemania, hacia el progreso de la libertad en todo el mundo, más allá del muro hacia el día de la paz y la justicia, más allá de nosotros y de ustedes mismos hacia la humanidad entera.
La libertad es indivisible, y cuando un hombre es esclavizado, no todos son libres. Pero cuando son todos libres, entonces podemos esperar a aquel día cuando esta ciudad se reuna en una sola en este país y en este gran Continente Europeo, en un mundo pacífico y con esperanza.
Cuando finalmente llegue ese día, y llegará, los ciudadanos de Berlín Occidental se sentirán sobriamente orgullosos por haber estado en la primera línea de batalla por casi dos décadas.
Todos los hombres libres, donde quiera que se encuentren, son ciudadanos de Berlín, así que, como hombre libre, me enorgullece decirles “Ich bin ein Berliner”.
ADDENDUM. Aquí el video con el discurso de Kennedy