Rabia deben sentir las 800 mil personas que identificó la CASEN en situación de pobreza al escuchar las declaraciones de la presidenta de la Convención, Elisa Loncón, referidas a la pretendida “precariedad” con que desempeñan su labor los constituyentes. “La gente ha bajado de peso”, afirmó Loncón. La desconexión profunda que la mayoría de los constituyentes pareciera demostrar con la realidad del país habla mucho de la ilegitimidad de origen que tiene el plebiscito constitucional, parido a partir de una ola de violencia radical, y de la deslegitimación de ejercicio que acumula crecientemente la poca eficacia de la Convención. ¿Alguien cree que la hegemonía de la izquierda es representativa de la diversidad del país? Evidentemente, las elecciones de mayo se realizaron en un momento político de profunda rabia y desesperanza, producto de la pandemia y la falta de ayuda. Ello implicó que millones se marginaran del proceso electoral y que la representación popular fuera reemplazada por grupos que hábilmente canalizaron el descontento y plantearon alternativas populistas de difícil concreción”.