“Estado kafkiano”
La falta de agilidad del aparato público frustra al más entusiasta servidor público. Resolver temas que en el sector privado son triviales, en el público son kafkianos. Como se trata de dinero público, esta restricción hace del Estado un organismo muy ineficaz para solucionar problemas (de ahí el éxito de los privados resolviendo problemas sociales, como los colegios subvencionados, la Teletón o el Hogar de Cristo). La falla del Estado es la cuna del descontento social y no lo solucionará la Constitución ni es culpa del “neoliberalismo”. Es necesario modernizar la regulación laboral del Estado. No se puede premiar al que lo hace bien ni despedir al que lo hace mal. Ergo -salvo muchas y honrosas excepciones-, los funcionarios juegan al empate. La solución es aplicar el Código del Trabajo al sector público (salvo a las FF.AA. y Carabineros). Un millón de chilenos trabajan para el Estado, en promedio producen poco y cuestan mucho. Es casi imposible despedirlos, están mejor pagados y trabajan menos que el resto (entre licencias médicas, días administrativos y vacaciones trabajan 10 meses y se les pagan 12). Eso no es laboralmente productivo, económicamente sustentable ni socialmente justo”.
Gerardo Varela, presidente de Fundación para el Progreso (El Mercurio, 17.10.20)