Es difícil encontrar un país con mayor desigualdad material que los Estados Unidos, lo que no es sorprendente porque esta nación fue diseñada para fomentar y proteger la libertad individual, por lo cual es natural que el talento se despliegue con fuerza y abra caminos insospechados. Así, la creación de grandes fortunas es una consecuencia lógica de la libertad individual que define a los Estados Unidos. Sin embargo, los pobres del mundo continúan abandonando sus países para vivir y florecer en uno de los países más desiguales del mundo. Este hecho desmiente que la desigualdad dañe a los pobres, quienes arriesgan hasta la vida para llegar a Norteamérica. Y una vez que han pisado tierra norteamericana, los pobres no se van a ciudades de “baja desigualdad”, sino que se establecen en Los Angeles, Chicago, San Francisco o Nueva York. Y ello porque las máximas oportunidades se encuentran donde es máxima la densidad de ‘super ricos’”.
John Tamny, vicepresidente de Freedom Works (RealClearMarkets, 3.9.20)