Economía y Sociedad № 104
Julio - Septiembre 2020
Pensiones: causas y ajustes
Por José Pablo Arellano, exministro de Educación y exdirector de Presupuestos (“Para mejorar las pensiones: aportes al debate”, Cieplan, mayo 2017; Extracto)
La insuficiencia actual de las pensiones obedece a tres causas principales: primero, el 56% de los actuales pensionados por vejez cotizó durante menos de 20 años. En rigor, con ello no cumplen con el requisito mínimo para ser consideradas pensiones contributivas. En el sistema antiguo, sin ese requisito, en muchos casos ni siquiera se recuperaban los fondos ahorrados durante la vida activa. En segundo lugar, el aumento de la esperanza de vida al momento de pensionarse. Actualmente, para los hombres es de 20,3 años a partir de los 65 años y para las mujeres es de 30,4 a partir de los 60 años. Este aumento se ha producido en los últimos 40 años fruto de las mejoras en las condiciones de vida y la atención de salud. Tercero, el 10% de cotización obligatoria resulta insuficiente para lograr una tasa de reemplazo adecuada. Todos los factores anteriores se agravan en el caso de las mujeres. Dada la edad de retiro a los 60 años y la mayor esperanza de vida, ellas cobran pensiones durante 10 años más que los hombres y con menos años de cotización. La consecuencia es una tasa de reemplazo mucho menor.
Propuestas a partir de este diagnóstico:
1. Para reducir las lagunas, es urgente hacer efectiva la cotización obligatoria de los independientes.
2. Elevar gradualmente la edad de jubilación. Se puede ofrecer como alternativa para todos aquellos que no quieran ver postergada su edad de jubilación un aumento de la tasa de cotización que compense el efecto de la mayor esperanza de vida.
3. Elevar la tasa de cotización obligatoria gradualmente. El gobierno ya ha anunciado un aumento de 5 puntos. Respecto del uso de estos 5 puntos es necesario que 2,5 vayan a las cuentas individuales para compensar el aumento de esperanza de vida ya registrado. Un punto de cotización adicional sería para igualar las condiciones de mujeres y hombres; se propone igualar la edad a la que pueden empezar a cobrar pensiones hombres y mujeres y compensar a las mujeres por la mayor esperanza de vida. Se propone destinar 1,5 puntos a financiar un seguro de longevidad para la cuarta edad y a elevar las tasas de reemplazo actuales.
4. Continuar con las políticas que han logrado bajar las comisiones. Para ello se propone ampliar las licitaciones y aumentar la transparencia del sistema. Crear un sistema de cuentas individuales paralelo –estatal o privado– para administrar el aumento de cotización solo encarecería los costos del sistema.
5. Mejorar las pensiones actuales y de los que están próximos a jubilar. Se propone mejorar gradualmente los beneficios del Pilar Solidario y complementarlo con dos elementos nuevos. Un APS Complementario dirigido a elevar el APS para mejorar las actuales pensiones de todos aquellos que tienen pensiones insuficientes y cotizaron más de 20 años. Un APS Cuarta Edad para quienes tienen más de 80 u 85 años, no cuentan con un seguro de longevidad y cotizaron más de 20 años. Para financiar estos mejoramientos de las actuales pensiones el mecanismo técnicamente recomendable es el presupuesto fiscal.
El actual es el peor momento histórico para usar un mecanismo de reparto. La proporción de personas mayores a 65 años en relación a los de 25 a 64 años se proyecta que se multiplicará por 2,5 veces en los próximos 35 años. Por lo tanto, el mismo beneficio que hoy se financie con 5% de cotización requerirá 13% para financiarse en el 2050.
Esto tiene la virtud de preservar un sistema contributivo donde la ley define las contribuciones y no los beneficios. Las pensiones son fruto de las cotizaciones acumuladas, poniendo un límite a las presiones de grupos de interés que se multiplican y facilitan en un sistema de beneficios definidos por ley. Esa fue la experiencia en nuestro antiguo sistema de beneficios definidos por ley que originó graves inequidades, las que hasta hoy se mantienen en el sistema de las Fuerzas Armadas y las policías. Esta realidad ha llevado a que los países con sistemas maduros estén transformando los sistemas donde la ley define beneficios a uno donde la ley define las contribuciones.