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Dossier El Cascabel al Gato

Economía y Sociedad № 104
Julio - Septiembre 2020

Los maldeciré por ladrones

Por Gerardo Varela, presidente del Consejo Directivo de la Fundación para el Progreso (El Mercurio, 20.8.16)

Malditos, todos malditos hasta la decimotercera generación”. Así maldijo -mientras ardía en la hoguera- Jacobo de Molay, gran maestre de los templarios, a Felipe el Hermoso y a toda su descendencia, más conocida como la dinastía de los Capetos.

¿Qué tiene en común esta historia con nuestras jubilaciones?, fácil: la “codicia”. Felipe el Hermoso y los demás príncipes de la Iglesia codiciaban los bienes de los templarios. Matándolos se apropian de todo.

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El patrimonio de toda persona que prospera siempre será codiciado por los demás. Por los que viven el momento sin planificar el futuro; por los que exigen imponer por el mínimo para no perder casa y salud gratis; por los apóstoles de la igualdad y los oportunistas de siempre.

Ingresé a AFP Habitat teniendo 20 años; tengo lagunas y estoy llegando a la edad de jubilarme. La AFP me ha cobrado comisión, pero a cambio ha multiplicado por 3 cada peso que puse. El sistema me ha cumplido porque fue diseñado para un aportante que ahorró con alguna disciplina durante su vida laboral.

El mérito principal de la capitalización individual es que ha divorciado nuestra seguridad social del clientelismo político y ha permitido equilibrar las finanzas del Estado.

La verdad sea dicha, quienes no gustan del sistema de AFP no entienden de economía pero sí de política. Porque hoy no se permite que un político decida cuánto pone la señora Juanita y cuánto saca Myriam, y tener ese poder es el sueño erótico de un político.

Nuestra jubilación depende del ahorro personal. Administrar esos ahorros es caro, pero no nos cuesta caro por las economías de escala. Criticar a las AFP por las bajas pensiones de los que no contribuyen es como criticar a un actor por una película donde no actuó.

Nuestros fondos de pensiones han sido un aporte fundamental a nuestro desarrollo; han financiado a las empresas que nos dan trabajo; han comprado las letras hipotecarias que nos permiten pagar nuestras casas a 30 años; han financiado las carreteras por las que transitamos y la electricidad que nos ilumina.

Seguir midiendo las pensiones en función de promedios mal calculados es seguir engañando.

Hay que ajustar el sistema para precaver una generación que vivirá hasta los 100 años. Esa es una tarea para los legisladores que nada tiene que ver con nuestros fondos actuales.

Por eso, de lo que nos debemos seguir cuidando es de los líderes de No+AFP, que si tienen éxito en robarse los ahorros de todos los chilenos, los maldeciré por ladrones hasta la decimotercera generación.

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