
Economía y Sociedad
5 de Marzo 2009
La Cuba que admira el PC chileno
Por Theodore Dalrymple (Actualidad Económica, 5 de marzo 2009)
Con motivo del quincuagésimo aniversario de la revolución cubana, Le Monde publicó un reportaje especial de cuatro páginas sobre el tema. Lo sorprendente del reportaje era que tres de las cuatro páginas, escritas por los franceses, expresaban hostilidad por ella. Y digo sorprendente porque Le Monde es de izquierdas y durante mucho tiempo los franceses han manifestado una profunda simpatía por Fidel Castro y su dictadura. Desde Jean Paul Sartre a Danielle Mitterand, prominentes personalidades francesas han alabado al caudillo cubano y todas sus obras. El último fin de semana aún se vendían camisetas con el rostro del Che en el mercado de la pequeña ciudad, rica y burguesa, que hay cerca de donde vivo en Francia.
Guillaume Carpentier, el enviado especial del diario a Cuba, no se andaba con rodeos. El encabezamiento de su artículo era el siguiente: "Carreteras en un estado lamentable y edificios que se caen a pedazos, mercados vacíos, salas de cine y librerías cerradas: 50 años después de la entrada triunfal de los barbudos en la ciudad más bella de Latinoamérica, la desilusión reina en La Habana". Y a continuación añadía: "Casi todos los cines han cerrado. De las 135 salas que había en La Habana (más que en París o Nueva York), sólo quedan 20. Tras la nacionalización se fueron cerrando una a una por falta de recursos, películas o electricidad. Los cubanos se quejan de que La Habana es un cementerio de cines. También es un cementerio de librerías, mercados, tiendas. En resumen, Cuba es un cementerio de esperanzas".
En otro extenso artículo titulado "El nacimiento de un mito", Alain Abellard describe la manipulación de la historiografía oficial. Abellard señala que la tasa de alfabetización en Cuba en 1959 era del 80%, que la renta per cápita en 1953 era similar a la de Italia (y ocupaba el lugar 22 a nivel mundial), que los italianos y los españoles emigraban en esa época a Cuba para buscar una vida mejor, que su sistema sanitario era el segundo mejor de Latinoamérica, que su economía era la tercera mayor del subcontinente, que producía el 80% de los alimentos que necesitaba (ahora produce el 20%, y eso que el nivel de consumo es menor), que en el país había mucha menos prostitución y que los cubanos dicen ahora que "todo está racionado, excepto la policía y la desilusión".
Por supuesto, todo esto se sabía desde hace tiempo. Lo que es sorprendente es la franqueza con que se reconoce. A los intelectuales occidentales les lleva medio siglo reconocer los horrores de las revoluciones socialistas.
NOTA EyS. Esta terrible constatación lo dice todo: "Veinte vuelos a la semana parten desde España con destino a La Habana. Transportan al año a doscientos mil turistas solteros con destino a la isla del Caribe. Casi todos buscan lo mismo: compañía femenina por unos días. La empobrecida Cuba de Castro es ahora el Bangkok de lengua hispana. Cuba era conocida como el burdel de los yanquis. Ahora, rápidamente, se está transformando en el burdel de los españoles" (Tunku Varadarajan, Hoover Institution, Stanford University).