
Economía y Sociedad
Capitalización. La revolución chilena que recorre el mundo
Noviembre 2025
Israel
Por Moshe Manor, doctor en Economía, Jerusalem College of Technology (Economic and Business Review, marzo 2020; Extracto)
Hasta 1985 la economía israelí era casi socialista, con una fuerte intervención del Estado que la llevó al borde del colapso económico. Entre 1980 y 1984 el déficit fiscal se disparó a un 13,2% del PIB y la inflación anual alcanzó un récord de 400%.
A partir de 1985, el Ministerio de Hacienda, en acuerdo con los principales partidos políticos, lideró un programa de estabilización que incorporó cambios estructurales en la economía israelí, especialmente un nuevo sistema de capitalización individual para las pensiones que reemplazara al quebrado e injusto sistema de reparto.
Los profundos cambios hacia la libertad económica fueron liderados por destacados funcionarios del ministerio de Finanzas y del Banco de Israel. También participaron en el diseño del programa políticos muy influyentes y experimentados de ambos partidos. El exitoso ejemplo chileno de crear un sistema de capitalización individual para las pensiones, fue decisivo.
Los principales objetivos de introducir un sistema de capitalización fueron estabilizar las cuentas fiscales y desarrollar un potente mercado de capitales, así como aumentar la cobertura social y disminuir la pobreza. También, transformar un sistema deficitario que prometía beneficios a uno capitalizado sobre la base de contribuciones definidas en el que los fondos de los trabajadores están invertidos en el mercado de capitales.
Al igual que Chile, Israel cerró la puerta a que los nuevos trabajadores se incorporaran al sistema de reparto. La cobertura de la seguridad social aumentó de 35% en 2009, con régimen de reparto, a 78,2% en 2018, con sistema de capitalización. La contribución total al sistema de capitalización y desempleo alcanza a un 20,5% de la remuneración. Al jubilar, los trabajadores pueden retirar de una vez el monto de capital que exceda a una pensión mínima.
Los fondos de pensiones administrados por el sector privado alcanzan a 400.000 millones de dólares, superando al PIB que en 2019 llegó a 371.000 millones de dólares. Entre 2001 y 2019, la rentabilidad real promedio alcanzó a 6,04% anual. Las comisiones han disminuido desde 1,1% en 2005 a 0,5% en 2018, gracias a licitaciones similares al sistema chileno mediante las cuales los jóvenes que ingresan a la fuerza laboral se adhieren a una administradora que ganó ese segmento mediante una licitación pública en que ofreció la menor comisión del mercado.
La sociedad israelí valora el sistema de capitalización para las pensiones por su seguridad, su rentabilidad y su transparencia. En ello juega un rol clave el hecho de que los israelitas son educados desde muy temprana edad en el ahorro y en la inversión, es decir, en educación financiera.
En los últimos 30 años, los resultados económicos de Israel son impresionantes. El PIB por persona aumentó más de tres veces, de 12.500 dólares en 1990 a 41.700 dólares en 2018. La deuda pública descendió de 138% del PIB a 61%. La libertad económica condujo a Israel al desarrollo, la convirtió en una potencia exportadora y elevó al país al rango de líder mundial de innovación tecnológica.
