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Dossier La Hoguera de los Inocentes

Economía y Sociedad № 99
Abril - Junio 2019

El “Transfer Factor” que confundió a Madrid

Por José Tomás Gazmuri, médico internista de la Universidad Católica de Chile

En su declaración judicial, el doctor inmunólogo Rodrigo Hurtado señala que fue contactado por Patricio Rojas, exministro de Frei Montalva e intermediario entre el equipo médico y la familia Frei, para que evaluara el estado de salud del expresidente. Su opinión fue que la situación era grave y que la persistencia de la infección no completamente controlada podía deberse a algún estado de inmunosupresión no diagnosticado, por lo que decidió realizar un estudio general para verificar el estado del sistema inmune de Frei. Se realizó un test de roseta, un test antiguo para cuantificar los distintos tipos de células inmunes, además de un recuento de inmunoglobulinas y de complemento. Los resultados fueron sorpresivos: el paciente presentaba una baja significativa en el recuento de linfocitos T, células fundamentales para coordinar la respuesta inmune frente a las infecciones, especialmente contra hongos como los que presentaba Frei en su torrente sanguíneo. Pero el mismo doctor Hurtado señala que esta baja puede tener múltiples causas, entre ellas la falla multisistémica y la hemorragia en que había incurrido Frei, o el uso de inmunosupresores como los corticoides que habían sido administrados durante la hospitalización, entre otras.

Dada su gravedad, se intentó una medida de rescate para mejorar la inmunidad del paciente utilizando un medicamento, el “Transfer Factor”, que aún se encontraba en fase experimental en algunas clínicas estadounidenses, pues no estaba autorizado por la “Food and Drug Administration”, el organismo regulador de Estados Unidos. Este medicamento consistía en una serie de proteínas que se obtienen de células de donantes humanos o animales y que permiten estimular la producción de glóbulos blancos de distinto tipo. Se solicitaron dosis al Children’s Hospital en San Francisco y se consultó a un centro de investigación en Ohio antes de dar el visto bueno al tratamiento. 

A pesar de que se administró en dosis subóptimas (4 días en lugar de la indicación de uso diario), a los pocos días se observó que el recuento de linfocitos T había subido de 10% a 25% y su recuento total se había más que duplicado. Si bien aún no alcanzaba los niveles de un paciente normal, el doctor Hurtado se dio por satisfecho e indicó continuar con el tratamiento. A pesar de los esfuerzos, Frei falleció a las pocas semanas. Consultado sobre si el uso del “Transfer Factor” podría haber contribuido al deceso del paciente, el doctor Hurtado es categórico en afirmar que “no le parece que éste haya actuado como agente externo que agravó el cuadro infeccioso del paciente”.

Contradiciendo la tajante declaración del doctor Hurtado, el juez Madrid concluye en el fallo que el “Transfer Factor” actuó como agravante para acusar a los médicos de homicidio. 

Este medicamento se pensó como medida de salvataje, in extremis, dada la ausencia de otras terapias disponibles en Chile. Citarlo como agravante en el fallo contraviene no solo la intención directa del equipo médico de mejorar la salud de Frei, sino también la opinión experta del inmunólogo, quien fue claro en declarar que mejoró parcialmente el estado inmunitario del paciente y que definitivamente no contribuyó a empeorarlo.

El juez Madrid no aquilató bien la gravedad de la salud de Frei luego de casi un mes de hospitalización y múltiples cirugías. Después de la segunda intervención tuvo un shock séptico severo que comprometió prácticamente todos sus sistemas, requiriendo apoyo de drogas vasoactivas, ventilación mecánica y diálisis, entre otras medidas intensivas. Dentro de las complicaciones propias de estos pacientes graves se observa la infección por hongos propios de la flora intestinal como la Candida Albicans, especialmente en aquellos con múltiples cirugías abdominales, hecho que se documentó en el caso de Frei. 

Estas complicaciones explican más que suficientemente la muerte de Frei, por lo que atribuir al uso del “Transfer Factor” algún grado de responsabilidad como agravante en la causa es ilógico y contrario a la ciencia médica.

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