¿Cómo le irá a Pablo Serra?
Por John Tierney, periodista del New York Times
[Nota EyS. Este artículo fue publicado en la página editorial del New York Times con el título “The Proof is in the Pension” el 26.4.2005. Pablo Serra, Ingeniero Matemático de la Universidad de Chile y Ph.D en Economía de la Universidad de Yale, fue designado Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía por la Presidenta Bachelet en 2006].
Hice un peregrinaje a Santiago pues quería visualizar el debate sobre la reforma al sistema de pensiones de Estados Unidos a través de la formulación de una pregunta muy simple: ¿Cómo le irá a Pablo Serra?
Lo que quería era comparar nuestras pensiones futuras para ver los resultados de un “experimento accidental” que comenzó en 1961, cuando ambos fuimos amigos en un colegio en Chile. Pablo se quedó en su país y se convirtió en el objeto bajo observación del experimento. Yo volví a Estados Unidos como el controlador del mismo.
En la época en que ambos terminamos el pregrado universitario, tanto el sistema de pensiones de Estados Unidos como el chileno estaban al borde de la quiebra. En 1980, Chile enfrentó el problema creando el pionero sistema de capitalización individual. Estados Unidos, en cambio, decidió rescatar el sistema tradicional por la vía de reducir los beneficios y subir los impuestos, con la promesa de que el dinero extra sería destinado a un fideicomiso para financiar las jubilaciones de los baby boomers.
Aclaro que ambos países exigen a nuestros empleadores descontar aproximadamente la misma proporción de nuestros sueldos, poco más del 12 por ciento, lo que financia tanto el programa de pensiones como el seguro de invalidez. En el caso de Pablo, también cubre las comisiones cobradas por las AFP que administran sus ahorros.
Visité a Pablo, quien es economista, en su oficina de la Universidad de Chile, y le mostré mi último estado de cuenta enviado por la Social Security Administration que contiene mi historial de ingresos y la pensión proyectada. Pablo usó su computador, se conectó a su cuenta de AFP, y estudió las opciones proyectadas de retiro bajo el supuesto de que su fondo rentaría 5 por ciento real de ahora en adelante.
Después de ajustar nuestros respectivos aportes mensuales para hacerlos comparables (debido a que los salarios en EE.UU. son mayores que en Chile), extrapolamos lo que habría pasado si yo en vez de haber puesto mi dinero en el Social Security lo hubiese puesto en la AFP de Pablo. Obtuvimos tres proyecciones para mi pensión (indexada para compensar la inflación):
(1) Me podría jubilar a los 62 con una pensión anual de 55.000 dólares. Esto equivale al triple de la pensión de 18.000 dólares que me ofrece el Social Security a esa edad.
(2) Me podría jubilar a los 65 con una pensión anual de 70.000 dólares. Sería casi 3 veces los 25.000 dólares prometidos por el Social Security si me jubilo a los 66.
(3) Me podría jubilar a los 65 con una pensión anual de 53.000 dólares, además de un retiro de mi cuenta por una sola vez de 223.000 dólares.
Alguien podría creer que Pablo ha prosperado tanto con su cuenta de AFP porque él es un inversionista sofisticado, pero no es así ya que él sólo invirtió sus ahorros en uno de los fondos de AFP más populares. Por supuesto, él tiene más dinero en su AFP que la mayoría de los chilenos porque su salario es superior a la media, pero trabajadores de bajos salarios que aportaron al mismo fondo por el mismo período de tiempo estarán también en muy buena forma, porque sus pensiones proyectadas son superiores al 90% de sus salarios.
Por contraste, el Social Security paga menos del 60% de tu salario – y eso solamente si eres un trabajador de bajos ingresos. El típico jubilado americano tiene una pensión menor al 50% de lo que era su salario.
El problema más grande en Chile es que muchos trabajadores no hacen contribuciones regulares para sus pensiones debido a que están desempleados o trabajando de manera informal. Eso es una situación muy común en el mundo subdesarrollado, independiente de qué sistema de pensiones sea el que impere. Pero si usted contribuye regularmente por al menos 20 años, el Estado chileno le garantiza una pensión mínima que, relativa al salario medio, es actualmente más generosa que la pensión media del Social Security.
“Yo estoy muy contento con mi cuenta de AFP” , me dijo Pablo después de comparar nuestras pensiones proyectadas. Sin embargo, tuvo la suficiente decencia para no mostrar aires de triunfo. Cuando yo envidiosamente le comenté que él tendrá no sólo una pensión mejor que la mía, sino que además podría retirar fondos de su cuenta suficientes para comprarse una casa en la playa o en el campo, él me insistió que sólo le alcanzaría para una propiedad modesta.
Ahora estoy tratando de ver el lado positivo en todo esto. Quizás mi pensión del Social Security me alcance para pagar el boleto aéreo para ir a visitarlo.
Para Segunda Lectura
Para Segunda Lectura
31 Countries!
The United States is currently engaged in a national discussion about whether to make personal accounts a part of Social Security.
To date, 31 other countries have implemented some type of individual, or personal, account as part of their mandatory retirement income systems.
This article identifies those countries, categorizes how the individual accounts fit into their retirement income systems, and identifies some basic characteristics of the accounts. The article also mentions a number of other countries that have either passed legislation that has not yet been implemented or are considering adopting individual accounts.
For this discussion, the term individual account will be used to describe plans in other countries that include some type of personal retirement account. Because this analysis of individual accounts is intended to inform the current U.S. debate involving Social Security, the discussion is limited to countries in which such accounts are part or all of a mandatory retirement income program.
Individual Accounts in Other Countries,
Barbara F. Kritzer, Social Scientist, Office of Research, Evaluation, and Statistics, Office of Policy, Social Security Administration.
(Social Security Bulletin, Vol. 66, No. 1, 2005)