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Carta del Director

Economía y Sociedad № 89
Noviembre 2016 - Febrero 2017

El Regreso de Economía y Sociedad

Todo se derrumba, el centro no puede sostenerse. 
La mera anarquía se desata sobre el mundo. 
La marea turbia de sangre se desata y en todas partes. 
La ceremonia de la inocencia se ahoga. 
Los mejores carecen de toda convicción. 
Mientras los peores están llenos de apasionada intensidad.   


Hace tres meses, el influyente diario norteamericano "Wall Street Journal" sorprendió a sus lectores informando que, de acuerdo al sitio de datos  Factiva, la prensa internacional ha citado algunas de estas líneas de William Butler Yeats en los primeros siete meses del 2016 más que en los últimos treinta años. 

Con estos poderosos versos de su famoso poema "La Segunda Venida", el poeta irlandés describía su época en 1919. Durante 2016, estas citas han sido incluidas en artículos sobre temas tan distintos como la proliferación nuclear, el enfrentamiento en Ucrania, la guerra contra ISIS, el referendum del Brexit, las campañas de Trump y Clinton, entre otros.  

Aunque este poema no ha sido citado en el debate chileno, bien podría haber sido recordado en tantos de esos momentos en que parecía que las cosas iban mal o muy mal. Fue la propia Presidenta de la República la que acuñó, en uno de esos momentos, una frase terrible, "cada día puede ser peor", que muchos consideran descriptiva de estos tiempos de confusión económica y cólera política.  

Esta revista nació en Marzo de 1978, hace ya casi 40 años, para proponer a Chile una visión de futuro anclada en la libertad integral. Desde el primer día, esta publicación es absolutamente independiente para luchar por lo que creemos correcto y bueno para Chile, aunque ello nos enfrente a intereses creados, prejuicios e ignorancia.
   
Apenas publicados seis números y realizadas varias propuestas de profundas reformas estructurales de signo libertario, asumí en Diciembre de ese año como Ministro de Chile con la misión de llevarlas a cabo. Tuve que suspender la publicación de Economía y Sociedad. Esa fue la Primera Época de la revista.  

En la crisis de 1982, otro momento de gran confusión, inicié la Segunda Época para defender el asediado modelo económico y luchar por la transición pacífica y constitucional hacia la democracia. En una portada, que sorprendió a más de alguno en esos tiempos dramáticos y excepcionales en la historia del país, proclamamos nuestro sueño: "Libertad, libertad mis amigos, y no os dejéis poner librea de ninguna clase".  

Tras siete años de luchar apasionadamente por esos principios, y ad portas del plebiscito constitucional de 1989 que consolidaba la Revolución Liberal, suspendí nuevamente la revista para iniciar una cruzada mundial por la libertad. Entre 1995 y 1997 publiqué, desde aeropuertos y hoteles, una breve Tercera Época, antes de abrir la Cuarta Epoca sólo en Internet. Envié por años editoriales vía email a los suscriptores de esa última Época y, al mismo tiempo, construí un completo sitio web bilingue, www.josepinera.org.  

La revista abre con este número su Quinta Época, heredera orgullosa de las anteriores, acentuando su profunda vocación de libertad integral. Lucharemos por ideas y por abrir nuevos mundos. Y siempre con una alegre amistad cívica. Queremos realizar un aporte especial a lo que estimo es una gran tarea pendiente: hacer estallar la paz entre los chilenos.  

Iniciaremos esta Época con una periodicidad trimestral de la revista impresa. Tras cada nuevo ejemplar, invitaré a los suscriptores a una conferencia-conversación sobre los temas cubiertos, tanto para profundizarlos como para recibir retroalimentación.

Al mismo tiempo, construiremos un sitio web (www.economiaysociedad.cl) que tendrá todas las ediciones impresas de la revista. La última edición estará completa en el sitio web un mes después de que la revista impresa llegue a los suscriptores. 

Ya tenemos una cuenta Twitter (@revistaEyS) con 6.500 seguidores. En ella responderemos preguntas sobre los artículos contenidos en la revista. Evaluaremos otros canales multimedia para ampliar la resonancia y alcance de nuestras ideas. Todo, por supuesto, en la medida de lo posible y del apoyo de suscriptores como ustedes. 
 

En este momento tan difícil del país, identificamos tres tareas prioritarias:  

1) En el corto plazo, luchar contra las "retroexcavadoras" que amenazan los pilares del progreso nacional (el modelo económico, el sistema de capitalización y la Constitución) y, al mismo tiempo, proponer perfeccionamientos a todo aquello que puede mejorarse;  

 

2) En el mediano plazo, proponer profundas correcciones a las malas reformas de los últimos diez años (tributaria, educacional, laboral), las cuales tendrán que ser realizadas por el próximo gobierno si el país quiere retomar la senda del crecimiento acelerado y el pleno empleo; y 

3) En el largo plazo, plantear las reformas estructurales pendientes que necesita Chile para dar el segundo gran impulso que lo lleve al desarrollo y a derrotar definitivamente la pobreza. Por ejemplo, la modernización radical del Estado, elevar la calidad de la educación y la salud, cuidar el equilibrio ambiental, repensar la infraestructura que requerirá el futuro, entre tantas otras.  

Creemos que hay dos grandes obstáculos para lograr estas metas: la transversal confusión en el plano de las ideas y la decadencia brutal de la calidad de la política. 

Pero hay también muchos elementos positivos: la madurez de la Revolución Liberal y su enraizamiento progresivo en la cultura chilena, el acercamiento extraordinario entre economistas de todos los colores alrededor de políticas públicas racionales, el surgimiento de una juventud que aprecia los valores liberales, el avance del sistema de libre mercado por toda América Latina, junto con el desplome de los gobiernos estatistas, y la revolución tecnólogica acelerada que está, sin duda, creando un nuevo mundo de libertades personales crecientes.

Cierro esta carta con un poema que me acompaña siempre en estos tiempos. Es un poema de Lord Tennyson que evoca a Ulises, el rey guerrero que, tras estar diez años luchando en Troya, demoró otros diez años en llegar a su reino. Sabemos que su viaje de retorno estuvo lleno de obstáculos a superar. Pero también sabemos que, al final del día, el héroe griego sí llegó a Ithaca.  

 


Venid amigos 
No es tarde 
para buscar un mundo nuevo, 
pues sueño con navegar 
más allá del crepúsculo 
y, aunque ya no tengamos 
la fuerza que antaño 
movió cielos y tierra, 
somos lo que somos: 
un mismo temple 
de corazones heroicos 
debilitados por el tiempo, pero 
voluntariosos para luchar, 
buscar y encontrar 
y no rendirse

 

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