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Economía y Sociedad 40 años

Economía y Sociedad № 95
Abril - Junio 2018

1978, Dos Propuestas

Hacia una Reforma del Sistema de Pensiones

(Economía y Sociedad Nº 1, marzo 1978, Extracto)

Una síntesis de los principales rasgos que debería tener un sistema de pensiones óptimo es la siguiente:

1. Las prestaciones de carácter redistributivo - asignación familiar, por ejemplo- deben ser financiadas con cargo a la recaudación tributaria general y no a un impuesto específico al trabajo.

2. Capitalización individual para la obtención de pensiones y seguros (especialmente salud).

3. Completa libertad del imponente para elegir la institución donde ejercer su derecho al ahorro. Obviamente, estas instituciones deben estar reguladas por el Estado de manera similar a la vigilancia que este ejerce sobre el sistema bancario.

4. Ahorro previsonal mínimo obligatorio para toda la población, con pensiones y seguros mínimos otorgados por el Estado a los más pobres.

El obstáculo que puede aparecer ante una reforma semejante es que el Estado debe reconocer la deuda que ha contraído con los actuales imponentes al utilizar sus ahorros previsionales.


Una manera de hacerlo es que este emita bonos estatales de mediano plazo y largo plazo o distribuya entre los imponentes paquetes de acciones de aquellas empresas públicas  que se propone traspasar, al menos parcialmente, al sector privado. En el caso de las acciones sería aconsejable se estableciera prohibición de venderlas por un determinado período.


Las implicancias monetarias, financieras y fiscales de este esquema lo hacen perfectamente viable dentro del actual programa económico.

Hacia un Banco Central Autónomo

(Economía y Sociedad Nº 4, julio 1978, Extracto)

Cuarenta años de inflación hacen del Banco Central una institución conflictiva. Las posiciones van desde la mantención de un Banco Central tan dócil como el que conocimosen los primeros años del decenio hasta quienes preconizan su total independencia, pasando por quienes prefieren atarlo a estrictas normas constitucionales. No deja de ser sugestivo que en las naciones con mayor estabilidad económica -Estados Unidos, Alemania Federal, Suiza y Japón- las autoridades monetarias gocen de un grado apreciable de autonomía.

Deben buscarse mecanismos que le confieran al Banco Central cierta autonomía. Es necesario que el método para nombrar a sus directivos garantice excelencia técnica. Podrían exigírseles ciertos requisitos y sus nombramientos ser ratificados por algún cuerpo que velara por los intereses permanentes de la nación, llámese este Consejo de Estado o Senado. En todo caso, debe agregarse que ya significa autonomía para el Banco Central el que no esté obligado a facilitar créditos al Fisco y a las empresas públicas.

Está comenzando en Chile el debate sobre la Constitución que regirá una nueva etapa de su historia.

Economía y Sociedad estima que los principios que inspiran el modelo económico son compartidos por la ciudadanía y que representan valores esenciales a la nación chilena y, en general, a las sociedades occidentales. Por eso, y previsto que el tiempo venza a la incomprensión que han generado más de cuarenta años de prédica socialista, no se requieren resguardos rígidos en la nueva Constitución. Más bien es necesario que ella enuncie los principios del modelo en forma analíticamente precisa y diseñe mecanismos que canalicen el aporte de los expertos y la voluntad de la ciudadanía en forma auténticamente democrática. El desafío que presenta la creación de una nueva institucionalidad económica es asegurar que las decisiones públicas respondan a un compromiso nacional con la libertad, la razón y la democracia.

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